“Una persona positiva convierte sus problemas en retos, nunca en obstáculos”
La confrontación es lo que viene después de un problema muy grande que tuviste y sirve para seguir adelante con tu vida, es superar las cosas, mientras resuelves los problemas. La confrontación es como quitarse peso de encima, cuando reflexionas lo que pasado e identificas los sentimientos que sientes con ese conflicto, cuando los reflexionas te sientes bien contigo mismo.
La confrontación se puede entender como una lucha, algo difícil de superar, pero más que una lucha es una reconciliación contigo mismo y para los demás.
En la confrontación puede haber problemas de enojo:
• Experiencias rotas.
• Que la gente no cumpla su palabra y que quebrante tus límites.
También puede haber problemas o experiencias de miedo:
• Nos avisa de un peligro real o supuesto.
• Es una emoción primaria natural y a veces a lo que le tenemos miedo es al fracaso y al no entender lo que te rodea o lo que está sucediendo.
Al tener estos conflictos fuertes y al superarlos, vas teniendo experiencias. Y estas experiencias son las que te van construyendo como persona.
La manera ideal para resolver cualquier problema es hacer frente, a él y no evitarlo para poder resolverlo.
La confrontación significa adoptar una actitud de resolución de los problemas respecto a las diferencias e identificar los hechos, la lógica o las emociones que los fueron provocando. Reconocer en forma directa una situación estresante e intentar descubrir una solución al problema.
La confrontación se puede llevar a cabo de una manera amable, positiva, de la forma que no te hagas sentir mal a ti mismo.
Al confrontar el problema generas confianza en ti mismo, aprendes del o de los errores.
La confrontación es también la acción de poner una cosa frente a otra.
Para resolverlo asertivamente hay que valorar las condiciones del problema, ser sensible al confrontarlo e identificar los sentimientos para así poder seguir adelante.