“El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.”Fiodor Dostoievski
El dolor y el sufrimiento son parte de la vida, sin embargo muchas veces sufrimos innecesariamente.
Dolor y sufrimiento son sinónimos.
El dolor puede ser emocional o físico, el dolor emocional puede ser causado por una pérdida o un problema que nos afecta de manera importante, provocando una fuerte herida en nosotros.
La duración del dolor es relativamente corto y genera tristezas, frustración, enojo, estrés, entre otras más.
El sufrimiento va un paso más allá, es un conjunto de emociones, ejemplos: pensamientos que se entrelazan adquiriendo más intensidad y duración que el dolor, incluso cuando este ya paso de
la situación que lo provoco.
Algunas características que nos reflejan el dolor:
Creemos que vamos a enfrentar un daño físico, psicológico o social.
Nos preguntamos: ¿por qué a mí?, decimos “no es justo”, “no debería de ser así”.
Creemos que no lo vamos a poder soportar.
Grandes ejemplos claros puede ser la muerte de un ser querido como un familiar, un amigo cercano, entre más. La pérdida de un objeto valioso, cuando nos golpean, cuando nos pegamos por accidente, cuando nos hablan mal o regañan, la operación de un ser querido, etc.
Todos vivimos y reaccionamos de maneras muy diferentes ante alguna situación. Mientras una persona de desmorona ante el dolor que está viviendo, otra persona encargarlo de una manera distinta y salir adelante.
El dolor que sentimos y la manera de como reaccionamos ante las situaciones dolorosas, no dependen de la importancia de dicha situación.
Depende de:
Nuestra personalidad.
Fortaleza efectiva.
Nuestra capacidad para reconocer, aceptar y expresar nuestras emociones.
Nuestras creencias sobre nosotros mismos.
Las experiencias que tuvimos en el pasado, especialmente en la infancia.